El verano presagiaba el final de las vacaciones, la vuelta al trabajo, las horas de luz y las altas temperaturas. Melissa cerró los ojos y aspiró profundamente el aroma de los pinos y cipreses mientras contemplaba con admiración un cielo mágico inundado de las titilantes estrellas que habitan en el universo.
La noche silenciosa, el olor a tierra húmeda, la suave brisa jugaba a colarse entre su pelo con suaves fragancias de albahaca y ligeros toques de jazmín, la luna jugaba a esconderse tras las nubes mientras las ramas de los árboles bailaban al ritmo del viento golpeándose unas con otras.
Un soplo de nostalgia asomó a su rostro pensando que estas vacaciones habían sido distintas pero maravillosas, cerró los ojos sintiendo ese mundo desconocido lleno de secretos donde la esperanza aguarda para revelar la magia que habita y descubrir la sincronía y origen de este estelar camino que vive en las estrellas.
El estar ahí en ese refugio admirando la naturaleza y pensando en los colores que la vida nos muestra a lo largo de nuestra existencia, es un aprendizaje para conocernos, de trazar nuevas lineas, vivencias, equilibrio donde el amor se sobrepone a la adversidad.
El universo nos hace soñar ante este mundo desconocido cuando el tiempo es la única certeza.
Caty S. 29 de agosto 2021
Un cielo azul en calma
una brisa indecisa
se dejaba sentir,
rasga sus trémulas cuerdas
emocionando al corazón.
Un imperceptible llanto
araña muy dentro
en la intimidad
los momentos vividos.
El viento suave aleja quimeras
volviéndose cristalina la tarde
llenando al corazón de cosas bellas.
Mientras la noche teje su encaje
bajo el plenilunio que acaricia
desnudando la blanca palidez de las estrellas.
S.Caty