Como cada año la ciudad se engalana a primeros de diciembre para vivir un año más la Navidad. Caen los primeros copos de nieve y los niños se divierten haciendo muñecos en los Jardines de Mirabell, mientras el dulce aroma a vino caliente inunda las calles.
Un gélido viento hace que la fina lluvia se convierta en pequeños mechones de nieve que lentamente caen hasta posarse en el suelo dulcemente, Melissa había esperado ese momento desde que llegó a Salzburgo por el mes de septiembre le habían hablado de la belleza que inunda la ciudad en estas fechas de Navidad.
El viento empujaba las nubes borrosas en el horizonte, a Melissa le hacía feliz sentir el frío en el rostro y contemplar la ciudad cubierta de un blanco inmaculado.
El día 24 de diciembre las calles de Salzburgo estaban repletas de gente todos muy abrigados, el ambiente navideño se palpaba en las calles iluminadas con luces de colores, guirnaldas, por donde una gran multitud de turistas encantados recorrían los múltiples puestos navideños llenos de miles de objetos para decorar la casa en esas fechas. En los comercios las canciones navideñas resonaban, los músicos callejeros intentaban complacer al público dando lo mejor de ellos. Todo era nuevo para Melissa no estaba acostumbrada a tanta nieve pero era muy agradable pasear por sus calles inundadas de gente en esas fechas tan especiales.
Era el primer año que pasaba de estudiante en esta bella ciudad, no había podido regresas con la familia para pasar las navidades, la tristeza se dibujaba en su rostro. Las compañeras de apartamento habían partido a sus hogares junto a su familia, le habían invitado a sus casas pero algo le hacía quedarse en el pequeño piso esa noche y quedar con ellas al día siguiente.
Comenzaba a anochecer y decidió regresar a su apartamento, al entrar en él y encontrarse sola la tristeza la invadió, encendió las luces del árbol junto a él había puesto un pequeño nacimiento, la música flotaba en el ambiente se escuchaba el famoso villancico “Noche de Paz” cuyo autor autor Joseph Mohr había nacido en la ciudad de Salzburgo, la dulce melodía pareció reconfortarla pero un nerviosismo extraño la recorría, en sus ojos se reflejaba tristeza y a la vez algo dentro de ella surgía, era un atisbo de esperanza que le hacía sentirse mejor.
Preparó una taza de humeante café y se sentó en un sillón frente a la ventana desde ella podía admirar la Fortaleza Hohensalzburg que sobre la montaña altiva se divisaba, los copos de nieve descendían suavemente como si de una coreografía se tratara percibía su suave crujir al impactar sobre los cristales de la ventana, mientras Melissa esperaba la llamada de su familia.
La casa era confortable y un ambiente cálido reinaba en ella el sueño la invadió de realidades desconocidas que parecían darle ánimos y a no perder la esperanza, sentía como si su familia estuviera cerca. Mientras divagaba el timbre de la puerta se escuchó haciéndola volver de nuevo a la realidad, no esperaba a nadie dudó si abrir, con recelo preguntó quien era y desde el otro lado de la puerta escuchó una dulce voz diciendo abre Melissa, somos tu familia….
Eran sus padres y hermanos que habían viajado para estar junto a ella en tan familiares y entrañables fiestas.
(Por muy lejos que estemos siempre hay un recuerdo dónde aferrarnos)
Sneyder Diciembre 2016
Sneyder C.
Pintura:Robert Ducan - Nicolai Mefokov
Imágenes de Salzburgo