Volvió al lugar donde pasó su juventud la tarde estaba gris y una lluvia dispersa dejaba una nota melancólica en la ciudad, sus recuerdos se confundían con aquel tiempo pasado cuando en verano se despreocupada de estudiar y junto con las amigas pasaban los días tumbadas al sol entre risas y juegos.
Después la vida cambia, el mundo se pone al revés mientras se lucha por sobrevivir, pero Griselda no estaba dispuesta a caer en el desánimo la esperanza siempre la acompañaba, regresaba con energías renovadas al lugar donde pasó los mejores años de su vida.
El mar se desperezaba sobre la arena de la inmensa y solitaria playa, las olas lentamente besaban la arena, como queriendo no importunar a los primeros paseantes de la mañana. Griselda sintió deslizar por sus mejillas la cálida caricia de la nostalgia.
El encuentro con el mar la llenó de júbilo entre lo que se olvida y se recuerda, entre lo que se aleja y lo que llega, mientras se adentra en el mar de la vida que nunca deja de sorprenderla; el destino la esperaba…
Esa noche deshabitada de estrellas no importó para llenar de luz sus sueños, dinamitó recuerdos y rompió la línea que había quedado en ella de nostalgia, se dio cuenta que ya no quería volver con Carlos.
Mientras se desliza en el placer de sus mejores recuerdos.
Mientras se desliza en el placer de sus mejores recuerdos.
Un viento suave
aleja quimeras
volviéndose cristalina la tarde
llenando al corazón
de cosas bellas.
Mientras la noche
teje su encaje
bajo el plenilunio que acaricia
desnudando
la blanca palidez
de las estrellas.
Sneyder C. 2016 Julio
Queridos amigos, estaré un tiempo alejada de vosotros, os dejo mi amistad y cariño a los que entráis a leer o dejar vuestra huella.
Gracias por vuestra visita.
A todos los que estáis disfrutando de este tiempo estival. ¡Felices vacaciones!
Un cálido abrazo.
Sneyder C.
Pintura: Carolina Landea