(Cuento infantil)
El verano había pasado y el
otoño dulcemente se colaba dejando su manto de hojas secas, se percibía en los días que cada vez la noche llegaba con mas premura, una brisa fresca se colaba entre los árboles, el inmenso hayedal había comenzado a perder sus hojas creando un espectáculo melancólico y a la vez hermoso, en el suelo se había creado una alfombra llena de colores que iban de los rojizos pasando por toda la gama de los ocres, las hojas del suelo y las que quedaban en los árboles creaban un paisaje mágico.
En esos días el cielo se inundaba de aves que emigraban a lugares más
cálidos, era el fiel reflejo de que la estación del otoño pronto daría paso al riguroso invierno.
El macizo montañoso lucia espectacular con sus nuevos colores y entre ellos surgía una pequeña aldea de montaña, alrededor de ella se encontraban diseminados en la inmensa
cadena montañosa, varios caseríos que no distaban unos de otros
más de unos pocos kilómetros, todas en medio de la impresionante naturaleza.
Las gentes del lugar eran
humildes, sus ingresos venían de la ganadería ovina, lanar y de los quesos que elaboraban. El ver al pastor con su rebaño creaba una estampa pastoril, bucólica y entrañable, pero la vida de los habitantes era sacrificada, dura y muy difícil porque en invierno estaban expuestos a las inclemencias del tiempo, el viento, la lluvia, la nieve... Era un tiempo que los rebaños no podían salir a pastar permaneciendo en los corrales.
Las familias que lo habitaban compartían las alegrías y desventuras, pero sus hijos, apenas una docena vivían felices correteando por el campo en completa libertad asistiendo a la escuela y haciendo de vez en cuando alguna travesura.
Entre ellos había una pequeña que se llamaba Marta acababa de
cumplir cinco años, su rubio pelo y las trenzas que peinaba le daban un aire
travieso, de ojos azules y de mirada vivaz, alegre, extrovertida. Se
interesaba por todo hacia toda clase de preguntas, la madre se pasaba el día intentando
dar respuestas a todas sus dudas.
Todas las mañanas al despertar corría a la ventana y se quedaba ensimismada mirando con curiosidad las montañas esperando ver algo en ellas, así día tras día bajaba las escaleras corriendo y
siempre haciéndole a su madre la misma pregunta - ¿Mamá cuándo se volverá blanca la montaña? – la madre no acertaba a comprender el interés de Marta por verlas cubiertas de nieve, la madre paciente siempre le repetía lo mismo, -cuando el invierno llegue se vestirá de blanco, pero antes tiene que hacer mucho frío-. Los días fueron transcurriendo para Marta lentamente, asistiendo a la escuela, correteando por el
campo.
El día que esperaba había llegado, al despertar corrió como de
costumbre a mirar por la ventana y quedó atónita no salía de su asombro al ver
que un gran manto de nieve cubría las montañas, una alegría inmensa la invadía incrédula se frotaba los ojos era como un sueño. Emocionada bajó corriendo las escaleras mientras gritaba ¡MAMAAAÁ! Las montañas se han vuelto blancas, ha llegado el invierno! - La madre le pregunto por enésima vez el porqué de ese interés por la llegada de la nieve - y Marta con toda la inocencia de sus años
le dijo que la navidad se acercaba. En la escuela había escrito una carta a los Reyes Magos y la
maestra les había dicho que mientras las montañas no estuvieran blancas no se
podía mandar la carta, ahora había llegado el momento de hacerlo, los ojos
le brillaban reía… Sus palabras salían atropelladamente, la madre la contemplaba
feliz, por fin había adivinado el porqué de tantas preguntas.
Y así iba transcurriendo el tiempo, con la
monotonía habitual de los habitantes cada uno en sus quehaceres cotidianos. Marta
llena de ilusión contando los días que faltaban para que llegara ese mágico momento que estaba esperado.
En el colegio dieron las
vacaciones, la tranquilidad de la aldea
desapareció, los pequeños, si el tiempo lo permitía pasaban el tiempo en la
calle jugando con los trineos que les habían hecho sus padres, se deslizaban por la suave pendiente, hacían muñecos de nieve, corrían, gritaban, estaban felices
no les importaba el frío que hacia todos iban bien tapados con bufandas, gorros.... Ya estaban habituados a ese clima y si algún día no podían salir lo pasaban cada vez en casa de un amigo
inventando sus historias, a Marta le gustaba disfrazarse, la alegría y las risas inundaban
la casa, allí donde estuvieran se podía escuchar desde la calle la algarabía que
hacen los niños cuando se están divirtiendo.
Mientras el invierno se iba dejando notar implacable cada día
con un manto de nieve, eran fechas que las familias estaba en sus casas no se
podía subir a la montaña con el ganado y lo aprovechaban para otros
menesteres. Los habitantes de la aldea se reunían charlaban y
preparaban sus aperos para cuando acabase el invierno.
El hogar de Marta se llenó de color con las guirnaldas
de colores que la madre con todo esmero había puesto, el padre junto con los
demás vecinos subieron a la montaña a cortar ramas de abeto y hacer en cada
casa su particular árbol.
Marta junto a su madre, iba preparando los adornos
que había ido confeccionando y pintando de alegres colores para adornar el
árbol. La casa rebosaba alegría era ese
ambiente único que solo se vive en la Navidad pero faltaba lo más importante por
poner; el clásico “Belén “con sus figuritas de barro, era lo que más le
gustaba a Marta, cada día jugaba moviéndolas y acercándolas
al portal pero sobre todo a los “Reyes Magos” la ilusión de la espera, el
saber si la carta que escribió con tanta antelación la habrían recibido. Conforme
se iba acercando tan mágico día más inquieta estaba.
Tan solo faltaban unos días
para Noche Buena, todos estaban impacientes por tan ansiado día, los padres ilusionados
por ver a sus hijos con tanto ir y venir la pequeña aldea estaba alborotada ya
que todos participaban en los preparativos para la Misa del Gallo, los niños
nerviosos y las madres terminando los trajes de pastores que les habían
confeccionados.
Llegó el momento deseado los
niños en el coro cantaban y sus voces se escuchaban en la pequeña iglesia con
admiración, al terminar todos estaban contentos y felices.
Con tanta actividad Marta en esos días estaba
tan atareada con los ensayos que no se dio cuenta hasta el día de Navidad que
faltaba muy poco para que llegasen los Reyes. Y de nuevo comenzó a preguntar a
su madre ¿Tú crees que recibieron mi
carta? La madre decía pronto lo sabremos.
Por fin llego la noche de
“Reyes” Marta, preparó sus zapatos junto al Belén y puso un pequeño capazo junto
a la ventana con paja y cebada, su padre siempre decía que los caballos de los
“Reyes Magos” tenían que comer después de tan largo camino, del intenso frío que habrían
pasado estarían hambrientos, y sobre todo para que al año siguientes se
acordaran de volver.
Después de repasar que no
faltara nada, y todo estuviera preparado para su llegada, se fue a la cama pronto
para que la noche pasara rápida.
A la mañana siguiente se
levantó muy temprano, esa noche apenas durmió por el nerviosismo pensando si
habrían recibido la carta.
No se atrevía a bajar estuvo
dudando si sería demasiado temprano para mirar ¿Y si no habían pasado
todavía? ¿Y si estaban en la casa
dejando su regalo? Sentía entre miedo e impaciencia por mirar. Sin dudarlo más
corrió a donde estaban sus zapatos y allí se encontraban dos paquetes
envueltos con papel de colores…… se puso a gritar ¡¡¡ PAPAAA, MAMAAA, HAN
PASADO LOS REYES!!!
Mientras nerviosa abría los paquetes. Con gran ilusión sus padres miraban la escena contentos al ver la felicidad de la pequeña, Marta solo repetía - Es lo que les pedí en mi carta y me lo han traído – a la vez que enseñaba los juguetes a sus padres……La espera había terminado.
Mientras nerviosa abría los paquetes. Con gran ilusión sus padres miraban la escena contentos al ver la felicidad de la pequeña, Marta solo repetía - Es lo que les pedí en mi carta y me lo han traído – a la vez que enseñaba los juguetes a sus padres……La espera había terminado.
Sneyder. Caty
A Melissa Diciembre 1996
El tiempo ha pasado muy rápido, y la niña a la que le escribí el cuento tiempo atrás, es toda una mujer. Es mi ahijada Melissa. Espero que desde Bristol lo puedas leer.
Que la magia de aquellos años la conserve siempre en su corazón.
Sneyder C.
Pintura :Lisi Martin
32 comentarios:
Feliz año.
De nuevo con vosotros, deseo que sea para todos un buen año de letras.
Este cuento hace mucho tiempo que lo escribí y al volver a leerlo una chispa de nostalgia se ha posado junto a mi, y no he podido resistirme a mostrarlo con la la ilusión de que mi ahijada lo lea.
Un cálido y cariñoso abrazo
Que belleza de relato!! y es que todos deberíamos de guardar en nuestro interior la inocencia y la ilusión de los niños, por que es la mejor época y al crecer nos va alejando de ella y es una pena.
Besos y gracias por compartirla.
Precioso, Sneyder, felicidades a ti y a Melissa que te inspiró. Un fuerte abrazo y felices reyes.
Precioso, muy tierno tu relato.
Que bonita es esa ilusion de los niños, es todo una magia
Felicidades para ti y a Melissa que te inspiro
Un beso
Isa
Feliz año, y felicidades a Melissa por este precioso cuento que le has regalado.
Es hermoso.
Saludos, un abrazo.
Bonito cuento, seguro que ella podrá leerlo y que muchas niñas lo escucharán mañana cuando las mamas se lo cuenten, Abrazos
Una linda historia de gran sensiblidad. Felicitaciones amiga.
Preciosa historia que nos trae al recuerdo aquellos años de ilusión, aquella espera a los Reyes Magos que se hacía interminable.
Espero que tu ahijada se sienta tan feliz como el día que le escribiste esta preciosa historia.
Feliz Año.
Gracias por compartirlo, es una bonita historia de la cual te puedes sentir satisfecha de ella, así como tu ahijada se va a sentir.
Que el nuevo año te siga iluminando en tus bonitos escritos.
Un abrazo.
Sneyder, precioso, seguro que a Melissa tu ahijada le va a encantar.
Felicitaciones.
Felices reyes y un abrazo.
Bonito el relato y muy propio de estas fechas.
Un abrazo y Feliz Año.
Caty. seguro que Melisa en Brístol lo
va a leer...
Va a ser muy emocionante para ella. Hermoso regalo que le haces, lo
recordará siempre...
Hermoso relato,feliz 2015,abrazo.
Un cuento donde escenificas de forma preciosa la ilusión y la ternura, querida Sneyder.
Felicidades y besos.
Maravilloso cuento, como desearia ser el niño que esperaba ilusionado un regalito no importaba cual fuera, era la ilusión que se acordaron de mi tres señores que venían de muy lejos a dejarme un presente.
Me emocionó mucho lo que has escrito estimada amiga.
Un cálido abrazo.
Ojalá nunca perdamos la magia ni la esperanza.
Una brazo inmenso y mis mejores deseos para el 2015.
http://cabalgandoporlamusica.blogspot.fr/
Mi enlace, te lo pongo de nuevo aqui
Muchos besos Sneyder.
Isa
Sencillamente maravilloso.
Abrazotes.
Un abrazo muy especial para esa maravillosa niñaeterna que hay en ti.
Con mil besos
Muy lindo relato...la magia no se debe perder
se me hace un lío siempre esta fecha extraña para nosotros en el sur del mundo
al menos esa es una tradición que nunca hemos pasado por aqui...
pensar en lo nevado me abruma más , con tanto calor en estos días que hasta enfermedad me trajo...
pero al menos me da tiempo para leer mejor y poder estar con las amistades virtuales
te dejo un gran abrazo y deseando todas venturas buenas para este 2015...
gracias por todo lo compartido!
Hola Caty, es más que probable que Melissa conserve la magia de aquellos años como bien señalas. Y como tantos hacemos a día de hoy... Si nos situamos en aquellos años en que fuimos niños. Y la visión del mundo y de la vida era otra cosa.
Conservar o revivir momentos del ayer es compatible con las realidades que, a día de hoy, todos debemos enfrentar.
Magia e ilusión, sí. Vivir las realidades de la vida, también.
Un gran abrazo.
hola Sneyder,
te deseo igualmente un día hermoso de Tres Reyes Magos.
Felicidad, Alegrías, Prosperidad.
un abrazo fuerte^^
Te deseo lo mejor para el año que acaba de comenzar, y que se cumplan todos tus propósitos e ilusiones. Con cariño Demófila.
Hola amiga Sneyder,
Es siempre un placer pasar por tu casa y apreciar tus post
Empezamos con el desafío que forma parte de los cambios y novedades que queremos introducir en nuestro Farol.
Contamos con tu presencia y participación en esta iniciativa que creemos que nos hará más próximos y fortalecerá nuestros lazos de amistad.
Besos / abrazos
Tétis Argos y Poseidón
FELIZ AÑO, SNEYDER.
Que hermoso cuento y que hermoso regalo para tu ahijada.
Un fuerte abrazo
Fina
Sneyder vengo a desearte un hermoso año, con prosperidad, salud y amor.. un abrazo enorme con todo mi cariño :*
Qué bonito Sneyder, y ojalá esa ilusión inocente permaneciera en nosotros de por vida, el mundo sería mejor, mucho mejor. Espero que hayas comenzado muy bien el año. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
¡¡Precioso!! Seguro que a Melissa le encantó.
Feliz 2015 Sneyder
Amiga querida, estos son mis deseos para este año 2015: Amor, Paz, Salud, Dicha, Prosperidad y sobre todo que nos mantengamos siempre unidos.
Feliz año.
Un abrazo desde Venezuela.
(¯`v´¯)
`•.¸.•´
¸.•´¸.•´¨) ¸.•*¨)
(¸.•´ (¸.•´ .•´¸¸.•´¯`•-> SOYPKS
Hace tiempo que no pasaba por este blog tan interesante. Y me encuentro con un cuento entrañable y lleno de ternura dedicado a tu ahijada, es especial y maravilloso.
Que este año este lleno de todo lo que desees.
Un abrazo Paul
Muy tierno relato
Abrazos
Hermoso cuento, afortunada Melissa y nosotros que lo disfrutamos, gracias a los reyes siempre tan generosos.
Feliz año, Sneyder!
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